Parientes de personas desaparecidas acudieron este sábado a Acapulco, Guerrero, para la toma de muestras de ADN con el objetivo de poder encontrar o identificar a sus familiares.
La toma de muestras comenzó desde el 5 de abril y concluirá el domingo, la operación está a cargo de la Fiscalía General de México en coordinación con la Fiscalía estatal y la asociación civil Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos.
“Cuarenta y seis muestras de ADN se han tomado en dos días”, comentó a Efe Elba Janeth Galeana Campos, secretaria de acuerdos de la asociación, constituida desde 2016 y con un total de 150 familias con personas desaparecidas.
La situación que viven los familiares de personas desaparecidas los ha llevado a dejar sus vidas para encontrar una nueva junto con las demás familias que están en las mismas condiciones, como es el caso del matrimonio Beltrán Rosas, quienes aseguran ya no poder vivir con la angustia de no saber nada de su hijo José Alberto, quien en la actualidad tendría 50 años de edad.
“A nadie le deseo esto, no puede uno vivir. Yo ya no sé qué me duele, qué tengo, cada vez amanezco con algo”, declaró Elvira Rosas, mientras se le cortaba la voz al recordar a su hijo.
Pese a su edad ya avanzada de 74 años, con su esposo, Trinidad Beltrán, de 86, ambos han jurado seguir en la búsqueda de su hijo sin importar las circunstancias.
“Todos los días me levanto y lo primero que hago es persignarme y pedirle a Dios que me dé licencia, cuando menos el tiempo que me resta de vida, la oportunidad de saber dónde se encuentra mi hijo, en cualquier circunstancia, y si me permite ir a traerlo, que venga a descansar a su tierra que es Acapulco. Sería la mayor satisfacción que tengo”, añadió Rosas.
Trinidad destacó a Efe que es muy importante que sepan todos que no buscan culpables, sino a sus desaparecidos.
“Todo el tiempo hemos tratado de investigar con familiares que están en diferentes lugares del estado o en otros lugares, pero no tenemos ninguna respuesta afirmativa”, expresó.
Durante 2017 Guerrero se situó como la cuarta entidad federativa de México con personas desaparecidas, con un total de 105, con una tasa de tres por cada 100 mil habitantes, superando la nacional de 1.2, según el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas de la Secretaría de Gobernación federal.
Como Trinidad y Elvira también se encuentra María Eugenia, una madre desesperada y desolada en busca de su hijo mayor, quien aparentemente fue secuestrado el 7 de enero de 2014.
“Me hicieron una llamada, que querían 500 mil pesos para el rescate de mi hijo. Yo no los tenía, no contaba con ese dinero. Contábamos con 200 pesos”, detalla llorando y con la foto de su hijo en sus manos, con la esperanza de que esta pueda ser vista y alguien lo reconozca.
“Prefiero mil veces que hubieran encontrado a mi hijo y no a la camioneta”, dijo la mujer, y añadió: “De que él esté vivo, tengo la esperanza en Dios”.
Después de su tragedia, María Eugenia cambió su rutina y su vida, ya que insiste en que para ella y su familia ya no hay seguridad y temen volver a ser víctimas de este delito.
“Siempre estoy pensando cuando se van mis hijos a la calle, le pido a Dios que me los proteja y que los lleve por buen camino”, declaró.
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