Por Salomón García Gálvez.
EVODIO: LAVARSE LA CARA.
Un día lo expresó el ex
gobernador Zeferino Torreblanca Galindo: “Evodio Velázquez Aguirre, es un joven
con prácticas de un viejo político de lo más sucio y corrupto”.
¿Por qué lo diría? ¿Qué
detectó Zeferino del ahora ex alcalde perredista de Acapulco?... La expresión
de Torreblanca Galindo conlleva al análisis sobre el actuar de Evodio.
El ex alcalde del puerto
–Evodio Velázquez Aguirre- arrastra el estigma de la corrupción que ahora tanto
persigue el presidente AMLO, que es la parte más vulnerable para muchos
políticos y gobiernos emanados de cualquier partido.
Uno de los peores errores
perpetrados por el ex munícipe de Acapulco fue creerse omnipotente, muy
poderoso y que el poder nunca se le terminaría, que lo llevó a confrontarse no
sólo contra el titular del Poder Ejecutivo estatal, Héctor Astudillo Flores,
sino contra el ex presidente Enrique Peña Nieto.
Era tanta la prepotencia con
que se conducía Evodio Velázquez, que nunca tomaba en cuenta al Congreso Local;
que hasta solicitó y consiguió un préstamo millonario (cerca de 90 MDP) ante la
banca privada “para solventar gastos de la comuna de Acapulco”. Al gobernador
Astudillo se lo brincó por las trancas y a los ex diputados los veía como
miniaturas.
El ex presidente Enrique
Peña Nieto, cada vez que visitaba Acapulco no tomaba en cuenta al ex alcalde
Evodio Velázquez; era relegado y se le daba silla en tercera fila.
El gobierno federal sabía de
la prepotencia, la altanería y soberbia del entonces munícipe, quien
menospreciaba al titular del Poder Ejecutivo estatal. Gobernación federal
estaba al tanto del actuar del gris ex alcalde del puerto y la sangrienta etapa
violenta con policías sin certificar.
Tras dejar la alcaldía de
Acapulco, hundida en la peor crisis financiera por el presunto desfalco y
saqueo que pudiera superar los tres mil millones de pesos, de los cuales Evodio
Velázquez es presunto responsable, ahora recurre a estrategias para “limpiarse
la cara”.
Veamos: Evodio, a través de
videos truqueados, utilizando redes sociales, no solo pretende limpiar su
deteriorada imagen sino convertirse en líder de un partido político –PRD- con
el objetivo de continuar vigente y participar en el próximo proceso electoral
del 2021, hacia un cargo de elección popular. Burda tal pretensión.
Lo que no toma en cuenta
Evodio Velázquez Aguirre, es que la sociedad está muy despierta y califica o
descalifica a todos los políticos y, en el peor de los casos, los castiga en
las urnas cuando pretenden cargos políticos.
El éxito que como político logró Evodio Velázquez, parece que llegó a su fin,
pero no quiere entenderlo.
El ex alcalde de Acapulco
actúa como si la población de Acapulco sufriera de amnesia; Evodio utiliza la
estrategia de continuar engañando a la sociedad y trata de venderse como un
producto electoral rentable. Se auto engaña.
Lo más seguro es que el ex
alcalde de Acapulco anda desesperado; hizo mal sus cálculos políticos porque un
gran segmento de la población de Acapulco lo repudia, no precisamente por
honesto.
Trasciende que antes de
dejar la alcaldía de Acapulco, Evodio Velásquez hizo algunas inversiones ($) en
campañas políticas de varios que ahora son presidentes municipales como es el
caso del munícipe de Chilpancingo, Antonio Gaspar Beltrán, a quien le pudo
haber destinado varios millones de pesos, para después cobrarle facturas a alto
costo.
El alcalde de la capital
estatal evade el tema; en ocasiones niega que Evodio le haya prestado dinero
para sufragar gastos de su pasada campaña.
Se conoce que la comuna de
Chilpancingo contrató los servicios de una empresa de camiones para la
recolección de basura en Chilpancingo. Trasciende que el ayuntamiento
capitalino paga 85 mil pesos diarios a la empresa propiedad de Evodio
Velázquez, por un periodo de –atención- ¡30 años!
Por lo anterior, cobra
relevancia lo dicho por el ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, quien se
expresó negativamente del ex alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, de
quien dijo: “Evodio es un joven con prácticas de un viejo político de lo más
sucio y corrupto.
La diferencia entre el ex
munícipe del puerto (Evodio) y el ex gobernador “perredista” (Zeferino), es que
éste último no tiene tanta fama de corrupto como el ahora ex alcalde Velázquez
Aguirre, quien anda urgido de tomarse la fotografía al lado del presidente
AMLO.
Es tanta la perversidad del
ex alcalde que hasta trató de utilizar la figura de Jesucristo, a quien
pretendió erigirle un gigantesco monumento en Acapulco que le serviría -a
Evodio- para catapultarse políticamente hacia las alturas. Qué patético…Punto.
salomong11@yahoo.com.mx
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